
“Todos” somos Foguerers y Barraquers
Junio, mes por antonomasia de nuestra ciudad. Desde el día 1, los alicantinos inundan sus redes sociales con posts, fotografías y frases emotivas, descontando los días que quedan para el inicio de “La festa més fermosa”.
Durante los meses previos, hemos disfrutado de las mascletás en nuestros distritos, con ese olor a pólvora que sube la adrenalina a todos los amantes de nuestra fiesta, aunque nada comparables a las de Luceros, donde no cabe un alfiler, a pesar del calor por las altas temperaturas.
Llegan los días grandes, Alicante se engalana, y nativos y visitantes disfrutan del ambiente, monumentos y desfiles. Estos últimos, no salen de su asombro al ver a las comisiones con una vestimenta muy llamativa por la época donde nos encontramos….
Tal y como hacemos nosotros visitando otras ciudades, estas personas vienen a disfrutar de nuestra gastronomía y a conocer nuestras fiestas, algo muy lícito y que económicamente, repercute de forma más que positiva en nuestra ciudad. Terminadas, regresarán a sus hogares con muchísimos gratos recuerdos y estoy seguro, que,recomendando a amigos y familiares, que se animen a visitarnos.
Pero detrás de semejante despliegue, hay un trabajo de un año entero. ¡¡Sí, 365 días!!, porque las hogueras, no van del 20 al 24 de junio, miles de personas, trabajan a destajo para poder superarnos cada año.
– “El año que viene me apunto.”
– “En pasar hogueras, me explicas las cuotas que pagáis.”
Estas y otras expresiones parecidas, las escuchamos cada año de amigos y conocidos que, durante el fervor de la fiesta, y en medio del éxtasis generalizado, juran y perjuran que el siguiente ejercicio, formarán parte de una comisión o de alguna barraca.
Pues bien, en la inmensa mayoría de esos casos (es mi humilde opinión), esos juramentos y deseos, quedan en agua de borrajas y una minoritaria parte, es la que se anima a censarse y participar de manera activa.
Lo que no es de recibo, es oír voces críticas hacia el esfuerzo de los que se dejan la piel, para que como buenamente se pueda, no dejar de hacer fiesta el siguiente ejercicio.
– “Vaya hoguerita, cada vez son peores.”
– “Madre mía, si llevan cuatro músicos.”
– “No hacen ni despertás.”
– “Para lo que hacen, yo cojo mesa y tengo la misma fiesta que ellos.”
En este país, existe la libertad de expresión, pero utilizada con demagogia y desde el desconocimiento, puede herir sensibilidades gratuitamente.
Por terminar, y haciendo una reflexión sobre lo dicho anteriormente, sólo las personas censadas, que invertimos nuestro tiempo y dinero, sabemos el gran esfuerzo que esto conlleva.
Recuerdo hace 2 décadas, cuando íbamos casa por casa a cobrar la cartilla, o cuando cualquier comercio de tu barrio, participaba con un anuncio en el llibret. Hoy día, cada vez cuesta más porque el mundo se ha vuelto loco ytodo requiere de un esfuerzo mayor, sin poner en duda, que hay gente que, aun queriendo, no puede prestarnos su ayuda.
Por favor, no restemos valor a lo que tenemos, a lo poco o mucho que se consiga, porque no olvidemos, que las hogueras salen adelante y se llevan a cabo gracias a nosotros, a Foguerers y Barraquers, la gran mayoría de asociaciones humildes, porque no sólo con “las hogueras especiales” sobreviviría la fiesta. Esto no es una crítica hacia estas comisiones, pero a los porcentajes de las distintas categorías me remito.
Cada año cuesta más y las ayudas, más allá de la que recibimos por el monumento, cada vez, brillan más por su ausencia.
Así que, cada cual, disfrute a su manera y como buenamente quiera o pueda, pero antes de hablar, que piensen que aportan ellos para exigir o criticar.
A los que hacemos fiesta, os animo a seguir trabajando sin caer en el desánimo.
Como dice el dicho: A palabras necias….
David Gómez i Fernández