
Somos del martes
Hay fechas en el calendario que son especiales, y están marcadas en un color que hace que al verlas se ilumine el alma. Ese alma que acompaña a cada cofrade, costalero, dama de mantilla y a cada devoto que tras los pasos y de manera discreta y personal acompañan a los sagrados titulares.
Nuestra Hermanad procesiona el Martes Santo, día en el que se abren las puertas de la Concatedral de San Nicolas para que Nuestro Padre Jesús y la Santísima Virgen de las Penas caminen por cada rincón de la ciudad de Alicante.
Calle Labradores, Rambla, Mayor y un entramado de calles emblemáticas de nuestra ciudad componen el recorrido. Un recorrido que cada día tiene más afluencia de gente pues somos una ciudad turística en la que figuran todo tipo de personas, repleta de un público variopinto y variado dando lugar a una composición especial de lo que eran los Martes Santo de antaño.
La ciudad crece y afortunadamente la Semana Santa también lo ha hecho. Hoy, los hermanos de fila son numerosos y cada tercio está compuesto por muchas más damas de mantilla y una gran cantidad de niños, siendo nuestra Hermandad una de nuestras afortunadas en ese sentido.
El prisma con el que yo personalmente veo lo que es nuestra Hermandad y la Semana Santa de Alicante quizá sea poco objetivo por lo que representa para mí personalmente, pero si puedo decir con orgullo que son muchos los días y las horas que los Hermanos Mayores y sus juntas directivas junto con sus equipos de trabajo dedican a engrandecer, cuidar y mimar a sus entidades, haciendo ese trabajo silencioso que no se ve pero que da su fruto cuando se escucha el primer toque de tambor y se ve como avanza la Cruz de Guía que precede a cada cortejo procesional.
Ese instante es la mejor recompensa a todo lo que preparas y vives durante el año por tus titulares.
Ahí es cuando el sentimiento, la pasión y las creecencias que nos dieron nuestros antecesores y con las que hemos crecido, se viven más intensamente.
Hoy, Martes Santo, será cuando nuestra Hermandad vea la luz de un Alicante pleno de una Plaza de Abad Penalva repleta de familias y caras conocidas que con lágrimas en los ojos ven salir con devoción a nuestro señor Nazareno y su Madre.
Pétalos, música, oración, tradición e incienso son parte del cortejo.
Un cortejo que nos llena el “Alma”.
Feliz Semana Santa.
Esmeralda Giner Olcina