
Respeto
Al final de todas las cosas, lo que diferencia a unas personas de otras es la voluntad de respetar al prójimo.
Personalmente, he tenido la suerte de participar en la organización de diversos tipos de actos y desfiles festeros en la ciudad de Alicante. Como colofón y desde el año pasado he recibido el regalo de poder colaborar en la Procesión de mi Hermandad de Semana Santa.
Habréis leído en los medios de comunicación que esa misma Semana Santa ha batido récord de asistencia y participación. Siempre defenderé la importancia de la misma por mil y una razones como son la creencia, el folklore o la tradición.
Y es que cuando alguien critica nuestra forma de ver la vida, yo siempre digo lo mismo «más vale tener esos valores que no tener ninguno».
Hablando de valores, uno de ellos y que me parece esencial para nuestra vida diaria, es el del respeto.
No sabéis lo complicado que ha sido para mí, ver desde dentro las faltas de educación continuadas a las diferentes procesiones que se desarrollan en nuestra ciudad.
¿Ejemplos?
Uno muy sencillo de entender. Pasar entre las damas de mantilla, hermanos de fila, autoridades, músicos en los consabidos «parones»… Y porque no pueden entre los costaleros, os aseguro que también lo harían.
Aquí no hay edad, lo hacen desde los más jóvenes hasta los más mayores. Les pides por favor que respeten la procesión y se encaran contigo además. Lo he visto en primera persona.
Personalmente desconozco si este mal sucede en otras poblaciones con similar tradición, pero lo que sí tengo muy claro es que si queremos crecer debe ser desde el respeto a lo que estamos viendo y viviendo en nuestras calles.
¿Acciones a desarrollar para que no suceda o se reduzca su impacto?
Es sencillo, una de ellas es enfatizar entre los asistentes en el escarnio y el oprobio a las personas que faltan al respeto de nuestra cultura y tradición.
Ha de estar mal visto, pero de verdad.
Espero de corazón equivocarme, pero si no ponemos ahora remedio dentro de unos años será todavía mucho peor.
Más vale tener esos valores que no tener ninguno.