
PRESIDENTE, QUE ES LO MISMO
Que la quemen… Si esto dura otro día más, muero… No me da la vida… Llego al 20 de junio agotado… Ojalá un día me lo contaran…
Sí, son frases que he dicho mil veces, año tras año, con las fiestas a la vista, con la ilusión de ver alumbradas ya ciertas calles, viendo vallados y cortes de calles, sintiendo ya la cercanía de los días grandes de Hogueras y acudiendo a los actos que ya anuncian los fastos o su inicio Una verdadera carrera de fondo y, a veces, de forma incluso.
Muchos podrían pensar, escuchándome (leyéndome ahora), que no me gusta la fiesta… ni mucho menos… confirmo que hay sarna que, con gusto, no pica. Por fin se acercan, son nuestras fiestas, por las que hemos trabajado todo el año, por las que damos (a veces) más de lo que podemos, y a las que llegamos… EXHAUSTOS o, lo que es peor, SIN GANAS. Y entonces, ¿qué es lo que está pasando?
¿Hay que darle una vuelta al calendario? ¿Hay que vaciarlo de contenido? ¿Hay que hacer menos cosas? ¿Y si no tiene que ver, y en realidad lo que nos agota es la evolución de la Festa y la nueva manera de gestionarla? De verdad que no encuentro el problema, ni mucho menos la solución (creo que mi opinión va a ir por otros derroteros, pero no querría olvidarme de esto: SÍ, HAY QUE TRABAJAR EL CALENDARIO, muchos sentimos la saturación y la falta de fechas para hacer actividades que tradicionalmente veníamos realizando, o que van haciendo mella en nuestra ilusión, tornándola en cansancio… añado otra de mis frases: “es que no he encontrado fecha ni para una reunión de la hoguera…”)
Se nos ha olvidado (y ahora recuerdo la tele) que esto es una fiesta.
No solo mis frases del inicio de este texto denotan ese agotamiento. No solo las mías. Recuerdo muchas otras más de amigos y compañeros, presidentes de otras asociaciones, que no podemos evitar comentar, se convierten en un lugar común cada vez que nos vemos.Porque, reconozcámoslo, hay batallas que nos dejan destrozados física y anímicamente.
No hace mucho, iba yo acompañando a mi belleza a la fiesta del pregón en el puerto. Por el camino, nos íbamos cruzando con el presidente de aquí, la presidenta de allá, la tesorera de esta otra, el secretario de allí… todos coincidíamos en nuestros comentarios. Una lástima. Pero era así. Y no nos sorprendíamos de coincidir en el discurso, lo que sí me sorprendió fue la conclusión que escuché: “la verdad es que todo esto, nosotras no lo sabemos… para mí esto es un año único que quiero aprovechar al máximo, y quiero disfrutar de todos y cada uno de los actos a los que quiero ir…”. Lo que trajo a mis pensamientos otra frase típica y tópica de quien se atreve a coger el mando: dejadnos disfrutar.
Tiempo después, me cruzo con otra compañera presidenta, en su primer año de mandato, en un acto al que nos habían invitado… y la conversación, de nuevo, derivó en eso mismo, en casi la constatación de que no repetía, que se retiraba por agotamiento físico y mental. Se nos unió otro amigo, para corroborar nuestras palabras y añadir que ya no sabía cuál era el papel del presidente. Me hizo recordar las acertadas palabras de una de las presidentas más longevas de mi hoguera: la función de presidente ya no es lo que antes era, lo que ha hecho que, hoy día, no pueda desempeñar ese papel cualquier persona.
Lo reflexioné durante aquella tarde-noche, hablándolo con otros amigos en la misma situación… e incluso lo extendí durante todas las fiestas, como ejemplo de lo que nos estaba pasando a todos. Hemos perdido el norte, o nos lo han hecho perder. Cosas y casos, dentro de este caos, que hacen que nadie quiera tomar las riendas, que todos nos preguntemos que quién va a ser el presidente el próximo año y si alguien va a presentarse voluntario. Voluntario. No lo olvidemos.
Para nuestra comisión, somos los jefes. Los que tenemos que tomar las decisiones, sean buenas o malas. También somos parte del equipo representativo, tenemos que acompañar a nuestras bellezas y/o damas y hacer también el papel de imagen de la Hoguera, de relaciones públicas, tenemos que atender a la prensa siempre que llama o viene a vernos… Para la Federación, a ese papel representativo, se le añade el de gestores. Somos los encargados de transmitir a nuestra delegación de secretaría los plazos, los trámites, los papeles necesarios para la inscripción en este acto o en esta actividad (papeles que han de ir firmados por nosotros y por secretaría). Para otra parte de la comisión (y del mundo festero) somos los coordinadores de las actividades de nuestra asociación, somos los encargados de convocar y dirigir reuniones, somos los encargados de organizar nuestras delegaciones (que muchas veces necesitan el visto bueno de una junta directiva). Somos los directores que necesariamente han de acudir a reuniones de cierto calado. Somos el “defensor del comisionado” ante cualquier desavenencia, ante cualquier injusticia, ante cualquier afrenta. Somos los repartidores de las entradas o cubiertos o sitios… lo que conllevará, siempre, discusiones porque a mí no me toca, porque estoy lejos de mi amigo, porque me ha tocado un sitio que no veo, porque yo no tengo acompañante, porque siempre van los mismos, porque yo no pido para que vayan ellos… Y para el Ayuntamiento (ejem), somos los responsables de todo, porque nos tenemos que comportar como directores, jefes, gestores, coordinadores… o, mejor aún, empresarios sin sueldo.
Me viene a la mente un chiste de Forges, que utilizaba yo muchísimo en mi antigua profesión. Se trata de un profesor de español para extranjeros respondiendo en la entrevista de la cola del paro. Buscadlo para que os sirva de contexto en este cambio de guion que quisiera realizar para terminar mi opinión de hoy:
– ¿Puesto?
– Animador, psicólogo, tesorero, gestor, director, representante, manager, relaciones públicas, músico, jefe, coordinador, decorador, guía, payaso, acompañante, escritor, entrevistado, florista, secretario, entrevistador, escritor, fotógrafo, gesticulador, paseante, formador, artista, chófer, camarero, cocinero…
– Todo eso no cabe.
– Pues ponga “presidente de una hoguera” que es lo mismo.